Aceite de Oliva Virgen Extra Dominus Acebuche (6 uds. 250ml.)

Rodeados de una masa forestal protegida, que incluye plantas aromáticas como el tomillo, la ajedrea y el romero, nuestros acebuches silvestres se desarrollan de forma salvaje en perfecta aclimatación al entorno montañoso del Parque Natural de Sierra Mágina, en donde se desarrollan.

La extracción en frío (20ºC) de la pequeña cantidad de acebuchina silvestre obtenida nos ofrece un aceite único, de gran sutileza y armonía organoléptica y con destacadísimas cualidades gastronómicas, nutricionales y dermatológicas, por su alto contenido en escualeno.

156,00/caja (26,00/unidad)

Descripción

Premios

  • Top 10 Concurso Mejor AOVE saludable del Mundo

Perfil de cata

Aceite de profunda nariz con intensos aromas verdes. Los aromas secundarios expresan matices silvestres que se apoyan en la alcachofa, la bellota cruda y la planta de tomate. Impresiona su paso en boca donde amargo y picante compiten en máxima armonía. Los tonos verdes tales como almendra, madera y romero quedan sellados en perfecto equilibrio, permaneciendo en la memoria su fresco y largo retrogusto.

Poderoso, agreste, indómito y a la vez dulce y delicado, fiel reflejo de lo que significa la naturaleza salvaje en estado puro.

El acebuche y el aceite de acebuchina

Los acebuches, ancestros del olivo, se encuentran en el Parque Natural de Sierra Mágina en un entorno de clima mesomediterraneo en el que se alcanzan temperaturas de 40°C en verano y bajo 0°C en invierno.

La altura sobre el nivel del mar, esta extraordinaria amplitud térmica a lo largo del año y el estrés hídrico provocado por los habituales periodos de sequía, generan en los acebuches autóctonos de Sierra Mágina una mayor respuesta que incide en la creación de componentes bioactivos del fruto y con ello un mayor contenido en antioxidantes naturales (tocoferoles y polifenoles) y vitaminas A, D, E y K.

Propiedades del aceite de acebuchina

Las características especiales, en cuanto a componentes bioactivos con propiedades medicinales - nutricionales, metabólicas, dermatologicas - que encontramos en el aceite de acebuchina son medibles en el análisis químico. Estudios científicos demuestran que en el aceite de acebuchina encontramos un mayor contenido de (*):

Acido palmitoleico: reducción de la obesidad
Acido graso monoinsaturado muy beneficioso para la salud que ayuda a evitar el aumento de peso. Según el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Oxford, es utilizado de forma intensiva por las enzimas que controlan la oxidación de la grasa.

Sitostanol: mejora de la salud cardiovascular
Fitoesterol vegetal, autorizado por la FDA de Estados Unidos desde el año 2000 para la prevención de enfermedades del corazón por reducir el colesterol LDL y aumentar el colesterol HDL, logrando el perfecto equilibrio entre ambos.

Alfa tocoferol: reducción del envejecimiento celular
Antioxidante natural que posee la propiedad de proteger los ácidos grasos de nuestras membranas celulares del efecto de la oxidación pues neutraliza la acción de los radicales libres.

(*) Fuente: Jesús Espejo Maqueda, Departamento de Química Analítica de la Universidad de Sevilla: Estudio analítico comparado entre el aceite de acebuchina y el aceite de oliva virgen.

Oleocanthal

Antiinflamatorio natural de propiedades saludables para nuestro cuerpo, presente en el aceite de acebuchina y en el aceite de oliva virgen extra, especialmente si presentan un cierto picor o amargor en su sabor. Posee importantes beneficios para las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, así como para el desgaste de las articulaciones. Además, ensayos in vitro han demostrado que es capaz de aniquilar células cancerígenas, por lo que podría aportar beneficios en la prevención del cáncer.

El ejercicio físico, una dieta saludable y el consumo regular de aceite virgen extra de alta calidad promueven la respuesta inmune contra infecciones bacterianas y víricas, el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén demostró que se ve incrementada la cantidad de células que participan en el proceso defensivo de nuestro organismo, aportando una mayor resistencia de nuestro sistema inmunitario ante la acción de virus y agentes patógenos externos.